CHOACHI CASA

2020

Choachi, Colombia

Alejandro y Carolina habían sonado con una casa donde su contexto estuviera rodeado de la “madre naturaleza” como lo denomina Carolina, un espacio donde pudieran ver crecer a su hijo Jacobo, e incluso invitar sus amigxs, hacer yoga, y específicamente “parchar” en medio de árboles y animales. En 2020, Alejandro en una de sus salidas en bicicleta, tomó una ruta alterna que se adentraba en las veredas de Choachí. Allí encontraron el lugar perfecto para emplazar la vivienda para toda la vida Esta casa está ubicada en el municipio de Choachí, a más de 3.200 msnm , en la parte alta de una finca con orientación oriente. El terreno escogido por Carolina y Alejandro en particular tiene unas características montañosas que hace que la idea de una vivienda se deba pensar en extenderse por la misma cota. Al norte colinda con una reserva forestal, al sur tiene la vista a los lejanos llanos orientales. La vivienda es un volumen propuesto en estructura de acero para que permita facilidad en la construcción en esta pendiente y que facilite trabajos de cimentaciones poco invasivas. Además, con la idea de brindar una casa que permite el relacionamiento con el paisaje, se desdibuja el límite entre lo doméstico y lo rural, para entender la idea de vivienda como una experiencia más abierta que incluya la naturaleza contigua. Tres puertas en primer nivel, permite no sólo disolver la jerarquía de las circulaciones, sino también sumar al programa de la vivienda espacios externos. Un espacio central a doble altura permite ser el anfitrión de encuentros familiares, fiestas de navidad, y celebración de buenas noticias. En el nivel superior, se encuentran los cuartos, por un lado está el cuarto de Jacobo, que más allá de contener un espacio para dormir, en palabras de él, es su taller de inventos. Es un espacio que posiciona la cama en altillo para que mobiliario, y una mesa de trabajo hagan la habitación una experiencia propia de quien la habita. En cuanto al dormitorio de Alejandro y Carolina, se abre hacia el atardecer con el objetivo de dejar entrar los rayos de sol que darán confort térmico en las noches frías del lugar. De esta manera, el proyecto se entiende más allá de su realidad formal y material, se convierte en un vehículo que mediara las relaciones que van más allá de lo humano, que incluye a Alejandro, Carolina y Jacobo en las dinámicas diarias del lugar e interactúa con los animales, vegetación, y otros agentes vivos que han habitado la zona.

Diseñado